El hombre es la única especie animal que atenta contra sí misma. Es, entre todas las creaciones de la madre naturaleza, la que supone el raciocinio; es, por mandato divino, la que debería aprovechar al máximo la creación. Sin embargo, por absurdo que parezca, esta apropiación del medio le ha hecho volverse sediento de poder, cada vez más, no importándole atentar contra él mismo y las demás especies animales. Uno habría de suponer, que nuestro instinto de supervivencia nos haría conservar tal como está el medio ambiente, pero cada día va empeorando.
Holísticamente hablando, hay un desequilibrio en la armonía del ciclo en que el hombre se desenvuelve. Cultura-naturaleza-sociedad, tiene una grieta tan grande que el universo entero cabe a través de ella, cuando no debería pasar ni un rayo de luz por su amalgamamiento. No es obra de unos años a la fecha, el hombre es malo por naturaleza y siempre ve por su bien antes que por los demás.
Una barrera divide la tierra de las oportunidades de la tierra del ya merito. Una frontera natural hecha por un río, al que irónicamente se le conoce como Bravo, un desierto, que es como la más profunda soledad del mexicano, se añade en los paisajes que ansían separar un sitio de otro. De pronto uno no entiende, cómo siendo un país formado y forjado por inmigrantes decidan expulsarlos, me refiero a la “Ley Arizona”, un monumento al racismo y la discriminación que paradójicamente tanto ha repudiado la gente de esa nación.
Las palabras de Paulo Freire son muy claras al respecto “Nadie es, si se prohíbe que otros sean”, en el mundo no hay un hombre que valga más o sea superior a otro. La raza, el credo, el color, la residencia, el lugar de origen, la cuna en que se nació, la posición socioeconómica, no son pretextos para mirar con desdén a las demás personas.
El mundo necesita un cambio, los valores se están perdiendo. Está en nuestras manos poder rescatarlo antes de que sea demasiado tarde, ¡despierta tu conciencia! Comienza a leer, a criticar, a proponer, a actuar, porque este mundo no es, este mundo está siendo. Te necesitamos, somos parte de este engranaje que mueve la gran maquinaria de las revoluciones. Únete, comienza por ti mismo, no esperes grandes cambios si no los tienes tu primero. Recuerda: una palabra puede cambiar el destino del mundo.
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