1 de agosto de 2009

Inseguridad

La Real Academia Española define la palabra inseguridad como "falta de seguridad", ¿qué es seguridad? la misma fuente nos señala: Cualidad de seguro; Fianza u obligación de indemnidad a favor de alguien, regularmente en materia de intereses; "seguridad jurídica" Cualidad del ordenamiento jurídico, que implica la certeza de sus normas y, consiguientemente, la previsibilidad de su aplicación; "seguridad social" Organización estatal que se ocupa de atender determinadas necesidades económicas y sanitarias de los ciudadanos. Entre estas definiciones hace falta saber aun el concepto de "seguro": Libre y exento de todo peligro, daño o riesgo; Seguridad, certeza, confianza.

Quizás estimado lector llegue a preguntarse el porqué de tanta definición líneas arriba, es sumamente necesario para poder comprender lo que a continuación expondré. Hablábamos de que inseguridad, al igual que el bien y es la ausencia de lo malo, la misma es la falta de la seguridad. Al hablar de ídem, podríamos referirnos desde distintas ciencias al concepto que cada uno de ellas tiene sobre dicha palabra mencionada; es cierto que no será lo mismo para el psicólogo que para el abogado, pero lo que en estos momentos me atañe es la palabra desde un punto de vista social y de integridad nacional.

Estar seguro es, como lo dice la RAE (Real Academia Española), libre y exento de todo peligro, daño o riesgo; tener confianza. Traslademos esto a la práctica social, a nuestro devenir cotidiano, en teoría todos los ciudadanos del país, no solamente mi ámbito local (léase México, Guadalajara y Jalisco) sino el mundial. Estamos inmersos en lo que pareciera un sistema económico que no propicia la sana, pacífica y respetuosa convivencia con nuestros iguales, sino que hace todo lo contrario: crea una competencia directa que lejos de ser saludable nos hace sacar nuestra peor cara y, no nos importa a cuantos pisoteemos para lograr nuestros objetivos, el hecho es sobresalir sin importar las causas, consecuencias y ni a quien nos llevemos en el camino, se toma muy en serio la frase de Maquiavelo “el fin justifica los medios”.


Así que la ideología del “El Príncipe”, que desde mi punto de vista tiende a ser política, se convierte en un ente cotidiano, innato a nosotros mismos y que entra en automático a nuestras mentes y cuerpos, no nos permite de cierto modo, tomar decisiones que beneficien a todos, porque antes del bien común estamos nosotros primero. No hablo de que haya una pérdida del libre albedrío, ni mucho menos, porque aun así, aunque mecanizados logramos discernir entre lo bueno y lo malo.


Pero retomemos el punto central, ¿a qué se debe el problema de seguridad? Es una pregunta, hasta cierto punto imposible de responder, pero mientras exista una mínima posibilidad tratare de hacerlo. Viendo esto desde una perspectiva socio-histórica, donde debemos tomar en cuenta las oportunidades (laborales, académicas, etc.), estrato económico, nivel escolar, hábitos de salud y de higiene, llegando a la conclusión que “el mejor en apariencia es el más apto”, dejando de lado si tiene los conocimientos y habilidades suficientes, ya que en una sociedad estereotipada y superficial, el no contar con una imagen agradable a la vista (entiéndase porte, personalidad, carisma, “carita”) te cierra las puertas.


De entrada lo anterior nos hace pensar ya de antemano, cuando vas por la calle, que clase de personas podrían atentar contra ti y quienes no, como mencione anteriormente por vivir en una sociedad estereotipada, mismos estereotipos que aceptamos sin ton ni son. Ejemplos los tenemos al por mayor, y creo que no es necesario hacer una lista de ellos para darnos cuenta de cuáles son, ya que cada cultura tiene los suyos y sería imposible hablar de todos.


Bien, lo más fácil ya lo he hecho, criticar es lo más sencillo, y es lo que tendemos mayoritariamente a hacer, y aunque es el punto por donde se comienza no hay que estancarse en el mismo. Así que por lo pronto veamos, no la manera de atacar la punta del iceberg, sino de arrancar el problema desde la raíz. Como primer punto de partida hemos visto que el sistema no funciona igual para todos y que resulta ser muy elitista, cosa que corta el proceso de crecimiento del individuo, tanto en el aspecto emocional como en social y el cultural, se debe replantear un modelo que sea equitativo y que represente las mismas oportunidades de desarrollo para todos, desafortunadamente mientras existan intereses económicos en el mundo e intereses de poderío y expansión es algo meramente imposible.


Como segundo punto, que puede resultar en controversia, es el momento por el cual atraviesa el mundo, no es justificación ni mucho menos, pero se está viviendo una crisis económica que no solamente hace quebrar empresas, lo peor es que desata una crisis social, una crisis que desemboca en un sin fin de problemas, que acentúa la pobreza de la estructura en que nos encontramos, hace que veamos que más de 10 mil años de andar por este planeta no nos ha enseñado nada y que seguimos jugando a que no sabemos.


El tercer punto, y el más importante de todos, la preparación académica, misma que va ligada al punto uno, una sociedad elitista y estereotipada de pocas posibilidades, “el dinero mueve al mundo”, veamos por donde le veamos, y aun así con la creación y otorgación de becas, el hambre es más fuerte.


En conclusión, es difícil encontrar solución a un problema tan grande como es el de la inseguridad, sin embargo es algo que a todos nos atañe y por tanto es de interés mundial, ya que la mayoría de las personas que habitamos, no sólo este país sino este planeta, nos hemos convertido en una estadística más, siendo víctimas de cualquier tipo de delito. Un problema que no se solucionara prontamente y que se viene arrastrando de tiempo atrás, y esto no quiere decir que sea un problema nuevo, sólo que se ha acentuado. ¿Podrá la sociedad con los suficientes elementos que tiene, por fin y de una vez por todas, acabar no solamente con la inseguridad, sino con todos los males que la aquejan? Hasta la próxima.

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