Esta entrada tiene un significado especial ya que es la número cien, la del centenario (y no el de la Revolución Mexicana que para eso aun falta un año y pico). Hablando de centenario, pues nos viene ad hoc el tema ya que dentro de doce meses se festejará en nuestro país (léase México) el centenario de la Revolución Mexicana y el bicentenario de la Independencia de México, términos que desde mi punto de vista son solamente atributos ficticios: vayamos por partes.
En primer lugar el nombre de Independencia es meramente para “desligar” a México del poder de España, pero ahora veamos ¿independencia? No lo creo, si bien es cierto que ya no dependemos de España, ahora lo hacemos de otro país que al puro estilo Jalisco (nota: “Jalisco nunca pierde y cuando pierde arrebata”) se expande y declara guerras cuando se le da la regalada gana (pista número uno para adivinar de que país se trata: fue colonizado por británicos) que tiene en su mayoría población obesa (pista número dos: solamente un presidente en su historia ha sido más pequeño de estatura que un mandatario mexicano) que es potencia en todos los deportes (pista número tres: México al menos en los últimos dos encuentros se jacta de ser mejor que ellos en fútbol), en fin si después de estas tres obvias pistas no se llega a la conclusión que se trata de Estados Unidos de América preguntaría en qué planeta vives, o de qué cerro te bajaron a tamborazos, o de plano a qué cultura perteneces que estas alejado de toda muestra de civilización. Pero después de este momento de divagación es tiempo de volver a lo que nos “truje chencha”. Retomemos el tema, realmente al menos en el papel México es un país independiente, pues porque nos lo enseñaron los libros de historia, “Jaimito, quiénes son los héroes de la independencia, Morelos y el Cura Hidalgo” (que por cierto dice la Iglesia que no murieron excomulgados, Dios perdone a los autores de más de 200 años que plasmaron esas ideas en los libros de texto; n’hombre si ya no sabe que hacer la Iglesia pa’ llamar la atención y jalar, no precisamente gente). Cómo olvidar la frase célebre de nuestro celebre y docto Secretario de Hacienda que reza más o menos así “Si a Estados Unidos le da una pulmonía a México un catarrito”, ¡bravo! “sublime maestro”, aunque no nos dio un “catarrito” sino influenza, pero pues no se le puede pedir tanto a Buda, quise decir a Carstens. Y que es lo que hemos observado, que nuestra economía depende sino al cien, al menos en un noventa por ciento es “gringadependiente”, por eso si a Estados Unidos algo le afecta a nosotros peor, todo debido a que la mayoría de nuestras exportaciones son hacia ese país.
En segundo lugar, la Revolución Mexicana, es un tema controversial, la pregunta que nos viene a la mente es ¿realmente hubo una revolución en México que significara un cambio en la estructura política y social del país? La respuesta se me antoja en que uno de los ideales que acompañaba al movimiento revolucionario era la creación de una clase media, notándose que antiguamente sólo existían dos: clases ricos (burgueses que vivían en las ciudades o dueños de Haciendas) y pobres (en su mayoría campesinos). La aparición de una clase media tendría como objetivo el bienestar de una sociedad ávida de una zona de confort, que a su vez permitiría el impulso del capitalismo en nuestro país. A sabiendas de que no todo fue negativo ya que se crearon posteriormente a el movimiento mencionado la Secretaria de Educación.
Posteriormente veremos que de manera atávica y hasta cierto punto predictivo, pareciese que en México un movimiento social ocurre cada cien años, lo fue en 1810 y en 1910, ¿ocurrirá en 2010? Es difícil aventurarnos a decir que esto llegue a acontecer, si bien es cierto que hay ciertas condiciones socio-económicas parecidas a los de aquellos tiempos, no hay una figura que tenga la mayoría del apoyo del pueblo; se ha hablado de que AMLO quiere llegar al poder y no precisamente de manera electoral sino con un golpe de estado por lo cual coquetea con la parte populista del PRI y tomando en cuenta que el PAN se ha debilitado.
La denominación de mes patrio viene entonces por las fechas: el 13 de septiembre la batalla de unos no tan niños héroes, llenos de simbolismos como el lanzarse con la bandera del castillo, dicho sea de paso se celebra una batalla que ni siquiera se ganó, pero como ocurre en nuestro país nos gusta celebrar este tipo de actos; la batalla del 5 de mayo en contra de los franceses sólo se ganó esa batalla, por eso nuestra mentalidad de “jugaron como nunca y perdieron como siempre” o “si se puede”. El 15 y 16 de septiembre como las fechas de inicio de la Independencia de México y el 27 de septiembre como la entra triunfal del ejercito trigarante a la Ciudad de México dando como oficial la independencia mexicana.
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