Este es un mensaje para todas aquellas almas en pena que se han empeñado en querer hacer, si es que aun se puede, más mala ponzoña de lo que hasta ahora el alma lo permite:
Los buitres
Volando justo arriba de ti,
Cuando crees que ya no hay nada,
Que estás solo justo ahí,
Llegan todos en manada,
Y no sabes ya porqué,
Pero te encajan sus quijadas.
En dos mundos tan distantes,
Unos besan el alba y otros el ocaso,
Los buitres vuelan errantes
Saboreando tú fracaso.
¡Malditos buitres!, aves de rapiña,
Se les olvida que ante todo,
Por más que sobrevuelen la campiña,
Nunca nos verán en el lodo,
Pues al final del día,
Estamos luchando codo a codo.
Se jactan desde su sitio misterioso
De lo triste y miserables que somos,
Aunque para no ser osado ni odioso
He de decirles que este libro es de muchos tomos,
Y aunque piensen que ha acabado,
Mejor poner atención que no ha empezado.
Ya los imagino riendo cual insípidas hienas,
Conjeturando nuestra desgracia,
Burlándose a manos llenas
De cómo sin ellos no tenemos gracia,
Pobres buitres, más lastima me da su situación,
Me hacen pensar en la amargura
O en el dejo que hay en su corazón.
Adiós ave errante que no podrás comerme,
Que presumes de santo porque vuelas,
Que en mundos tan distantes no logras olvidarme,
Ojala que un día, si es que aun me recuerdas,
Le pidas olvido al olvido o memoria para no recordarme.
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