Que buenos eran aquellos tiempos en los que una botella vacía era el balón de fútbol, dos piedras las porterías y la calle el “Estadio Azteca”. En aquellos momentos la vida era eso, solamente vida, y había que vivirla jugando cada día. No salir a “contar uno, dos, tres por mí” era estar enfermo y no vivir.
En ese tiempo, en el tiempo de los “gansitos” y los “frutsis” de uva, que por ley y por estar en “onda” abríamos por abajo, la mayor preocupación era la tarea para el día de mañana. Una plana, dos planas, problemas de matemáticas, contestar las paginas 28 y 29 del libro de español, germinar un frijol en un vaso desechable con un algodón, aprenderse la tabla del siete, eran los problemas a los cuales enfrentarse.
Los niños no hablábamos de niñas, no en serio, al menos hasta que uno entraba a la pubertad, y entonces lo hacíamos de una manera despectiva. El amor era una de esas cosas repugnantes que sólo aparecía en las películas de adultos y que se expresaba a través de quedarse mirando como un idiota a la mujer más guapa. Hablar de ese sentimiento era cosa de “maricas” o de mujeres.
Que buenos tiempos aquellos, como se extrañan aquellos tiempos, tiempos en los que la vida era fácil, y si todo salía mal, nos bastaba con ponerle “reset” o usar uno de los tres “continues” que nos quedaban.
2 comentarios:
Que buenos eran aquellos tiempos en los que sólo bastaba decir "zafo" para escaparse de hacer algo, ojalá y aun se pudieran evadir nuestras responsabilidades asi, o aún mejor, decir "pásala si no te embarazas" y así poderle cargar a otro nuestros pesares y librarnos de todo lo que nos asecha y cansa.
Pero esos, ¡¡Si que eran buenos tiempos!!
Que buenos tiempos Candy!!! gracias por visitar el blog
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