29 de abril de 2009

Método imperialista para el dominio.

Dejarnos callados, mantenernos en estado de shock, siempre saca partida de cualquier evento que le baje la moral a los individuos: desastres naturales, guerras, epidemias, aplica las políticas más sangrientas y dolorosas, aprueba todas las leyes que pudiesen crear controversia, mientras aun la población sea inmune, hazlos sentirse protegidos bajo la premisa de que los defenderás y velaras por su bien, en esos momentos cualquier líder, por perverso e inepto que sea, será capaz de brindarle refugio a un pueblo dolido.

No hay mejor método para dominar a un pueblo que metiéndole miedo, déjalo en la incertidumbre, no le expliques que es lo que está pasando, deja que especulen, que teman por su integridad, y los tendrás comiendo de tu mano.

Maneja elevados niveles de estrés, que su serenidad no se recobre en mucho tiempo, el tiempo suficiente para hacer de las tuyas, y cuando finalmente hayas terminado, sal frente al pueblo y diles “Esta (guerra, epidemia, crisis) ha terminado, vendrán tiempos mejores”, volverán poco a poco a la normalidad quedándose con el recuerdo de que tú los ayudaste; mientras tanto, tu ya te habrás jodido sobremanera al mundo, continente, país, región, estado, ciudad, cualquier porción de tierra en la que haya personas.

Tendrás tu recompensa, reconocimiento por parte de los medios, los medios que usaste para crear miedo en esas personas a las cuales quieres chingar, y cuando ya hayas satisfecho tus necesidades económicas y de poder, espera hasta la próxima situación para volver a intentarlo, al fin y al cabo el proletariado no se dará cuenta.


Tu conciencia estará tranquila sabiendo que haces el bien por la sociedad, y que tomar algunos milloncitos y medidas de control contra ellos, no es nada más porque, aunque tu conciencia este corrompida, esperas su recuperación y bonanza.

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