23 de julio de 2009

"Patoaventuras" políticas


La política en palabras retóricas es el “arte de bien gobernar” pero en términos coloquiales el significado se distorsiona a “el arte de engañar, mentir, difamar, y por supuesto, robar”.

Hay 2 temas en los que jamás llegaremos a una opinión común, el fútbol y la política, cada quien tiene sus preferencias y gustos (incluyendo los sexuales), lo que hace imposible simpatizar completamente con alguien, pero al final tenemos un sentimiento en común: político bueno, honesto y honrado lo habrá cuando la Selección Mexicana sea campeona del mundo, un austero sueño guajiro.

¿Qué se ha encargado de que la gente repudie todo lo que tenga que ver con política? Es un secreto a voces, nos repudia que prometan por prometer, que con una sonrisa mezquina disfrazada de angelical pretendan embaucarnos; una despensa, una playera, un encendedor, un bolígrafo, una calcomanía y una bonita pulsera por marcar el recuadro que tiene su nombre y partido en una hoja especial para emitir el voto.

Lo que odiamos, lo que nos cansa, lo que nos da asco, lo que nos deja hastiados, y que aparte contamina, son sus absurdas campañas electorales, no cansados de que los veas en un pedazo de plástico o papel por la calle, ni de que los escuchemos al encender la radio en busca de música para relajarnos, mucho menos que los veamos por televisión, ahora hasta cuando buscamos pornografía, perdón, el estado del clima por Internet, nos los topamos y lo peor del caso es que ningún antivirus los detecta.

Hay varias cosas que dan nauseas en el panorama político, por ejemplo: los “arguendes de viejas mitoteras” en San Lázaro que llegan hasta los golpes; los salarios exorbitantes de diputados, senadores, gobernadores, secretarios de alguna dependencia, y el mismo presidente, explíquenme para qué quieren en su presupuesto personal cinco mil pesos semanales para gastos alimenticios, ¿se la pasan tragando caviar y champagne todo el día? O ¿acaso las quesadillas, fritangas y garnachas del puesto de “Doña Carmelita” son de cien pesos cada una? Porque si es así no estaría mal subirle el sueldo al Secretario de Hacienda, porque recordemos que Agustín Carstens es un gran hombre (literalmente) y necesita alimentarse bien y no es que sea gordo, sólo es de “carnosidades diferentes”; y hablando de “llenitos”, algo que si da asco literalmente fueron las fotos que “Pancho Cachondo” se tomó desnudo, claro tapándose como Adán sus “partecitas” con el escudo del PAN, si queremos una razón para vomitar ahí la tenemos, ahora imaginemos que la Maestra Elba Esther Gordillo quisiera revivir esta moda y decidiera posar como malamente la trajo Dios al mundo para la revista de la letra muda, como dijo alguna vez José Saramago :“En verdad hay cosas que ni el mismo Dios entiende, aunque las haya creado”.

En fin, así es la política en México y la forma de hacerse es como lo expresa de manera sublime el personaje de Gonzalo Vega, la “Señora Presidenta”: “prometer hasta meter, ya metido tenga lo prometido”, yo agregaría, “una vez metido me despido”.

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