Por Jenaro Villamil
El cruce de cartas y declaraciones entre los expresidentes Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari no sólo alimentan el morbo en la clase política y la opinión pública. En el fondo rebelan las patologías de los hombres del poder, en este caso, la megalomanía y la senilidad. Después del escándalo propiciado por la difusión de su entrevista con Carmen Aristegui, De la Madrid quedó en calidad de cadáver viviente. Su eventual contrincante, acostumbrado al escándalo, seguramente regresará a un retiro que, esta vez, huele a definitivo. En cuanto al partido de ambos, el PRI, recibió un fuerte impacto en la línea de flotación.
MÉXICO (Apro).-- En menos de cinco meses, el nombre de Carlos Salinas de Gortari ha salido a relucir no como el gran modernizador y artífice de la recuperación electoral del PRI, sino como un expresidente que presuntamente se robó la mitad de la partida secreta, como el autor intelectual de los videoescándalos difundidos en marzo de 2004 en Televisa y, a partir del miércoles 13, como cómplice de la corrupción de sus hermanos Raúl y Enrique, ambos señalados por sus presuntos vínculos con el narcotráfico.
“Me siento decepcionado, me equivoqué”, admitió Miguel de la Madrid Hurtado al referirse a su sucesor Carlos Salinas de Gortari durante la entrevista difundida por la periodista Carmen Aristegui la mañana del miércoles 13 de mayo.
“En aquel momento no tenía yo elementos de juicio sobre la moralidad de los Salinas. Me di cuenta después que es conveniente que los presidentes estén mejor informados de la moralidad de sus colaboradores”, abundó quien estuvo en Los Pinos de 1982 a 1988 y fue promotor de la Renovación Moral de la Sociedad.
–¿Desde cuándo Raúl Salinas tenía vínculos con el narcotráfico?-preguntó Aristegui.
–Yo creo que, sobre todo, a partir del gobierno de su hermano –respondió De la Madrid.
Sus palabras provocaron un terremoto al interior del PRI. Beatriz Paredes, la dirigente del partido, decidió que no había que terciar en esta polémica “entre particulares”, aunque se tratara de dos exmandatarios, ambos del Revolucionario Institucional, mientras Manlio Fabio Beltrones, dirigente de los senadores priistas, le recriminó a Emilio Gamboa las palabras del exjefe de ambos.
Salinas comenzó a operar. Hasta ese momento, el expresidente había logrado que acusadores como Luis Téllez se desdijeran o esquivar las respuestas al libro de Carlos Ahumada, Derecho de réplica, puesto en circulación recientemente. Pero ante el escándalo provocado por las confesiones de su antecesor, Carlos Salinas y sus principales colaboradores optaron por distribuir dos cartas que sellaron el silencio forzoso de De la Madrid.
La primera lleva la rúbrica del propio De la Madrid. En ella afirma que “actualmente me encuentro convaleciendo de un estado de salud que no me permite procesar adecuadamente diálogos o cuestionamientos… por lo que dejo en claro que después de haber escuchado la entrevista con la señora Aristegui, mis respuestas carecen de validez y exactitud”.
Horas antes de que se distribuyera “a la opinión pública” este comunicado, De la Madrid recibió en su domicilio de Coyoacán la visita de su ex secretario privado, Emilio Gamboa Patrón, quien lo “convenció” para que se retractara de sus dichos.
Al filo de las 22 horas del mismo miércoles 13, Carlos Salinas de Gortari distribuyó en todos los medios una carta dirigida a Carmen Aristegui, a quien acusa “de abusar de la confianza del expresidente (De la Madrid) al exponerlo en su delicada circunstancia”.
Salinas de Gortari expresa “dolor e indignación” por las palabras de Miguel de la Madrid, pero señala que sus afirmaciones “confirman su desfavorable situación de salud y la limitación de sus capacidades”.
Dónde están las incoherencias
Citando a “familiares y amigos cercanos”, Salinas de Gortari dictamina que desde hace varios meses De la Madrid “está somnoliento en las reuniones y casi no conversa con sus allegados. Al principio supusieron que se trataba de lo que se conoce como ‘senilidad prematura’, cuyos síntomas principales son pérdida de la memoria y confusión, provocados por el envejecimiento de las funciones de un tejido específico, en este caso, partes del cerebro”.
Salinas sigue relatando las afecciones pulmonares de De la Madrid y concluye con “lo publicado en los medios”: “Se trata de un mal degenerativo y avanzado, por lo que estiman que la oxigenación insuficiente ha provocado la pérdida de un tercio de su función cerebral”.
Al revisar el contenido de ambas misivas, en especial la de Salinas de Gortari, Manuel Bartlett caracteriza esta maniobra como “espeluznante”, “horrorosa”, “truculenta”. Es “la quintaesencia del salinismo”.
“¡Es un asesinato! Es un crimen. Ya mataron en vida a Miguel de la Madrid, ya lo declararon loco e idiota, pero lo quieren hacer aparecer como si fuera un suicidio. ¿En qué cabeza cabe esta truculencia?”, argumenta Bartlett.
En entrevista con Proceso, el antiguo adversario de Carlos Salinas de Gortari y colaborador cercano de De la Madrid revisa los últimos escándalos que han vinculado al expresidente, sus negociaciones con Vicente Fox, los videoescándalos de Ahumada, la alianza con el calderonismo para la privatización energética, y advierte:“No es un asunto personal, de que me cae mal Salinas o que estoy resentido porque me arrebató la Presidencia. Eso no es cierto. A mí nadie me arrebató la Presidencia. La decisión la tomó Miguel de la Madrid porque sintió que él iba a continuar con su modelo. No. Mi diferencia es ideológica porque Salinas tiene sus tentáculos metidos en el partido”.
–¿Usted cree que es un idiota Miguel de la Madrid? –se le cuestiona.
–Vamos a tomar la tesis de su propia carta. De la Madrid dice que no tenía capacidad de discernir. Él dice que esas preguntas no las entendió nunca. Luego, hay que leer la entrevista de hora y media y yo quiero que me diga alguien si no hay un hilo conductor, una línea racional, de principio a fin.
“Tendría que salir con incoherencias, pero no hay ninguna incoherencia. Pero llegar al extremo de hacerlo firmar en donde él se reconoce como un débil mental, eso sí, es verdaderamente en extremo espeluznante”.
Téllez y la partida secreta
Una circunstancia muy similar ocurrió el 12 de febrero último. También en el noticiario radiofónico de MVS, Carmen Aristegui difundió una grabación en la cual se escuchaba al entonces secretario de Comunicaciones y Transportes, Luis Téllez, afirmar que Salinas de Gortari “se robó la mitad de la cuenta secreta”.
El ex secretario de Energía en el sexenio de Ernesto Zedillo también afirmó que tanto Carlos Salinas como su esposa Ana Paula Girard Rivero, al igual que el expresidente José López Portillo “creen que el país no les agradece lo que hicieron por México”.
“López Portillo destrozó al país y Salinas también”, afirmó Téllez.
Al difundirlas, Aristegui aclaró que se trataba de una conversación grabada en noviembre de 2006, poco antes de que iniciara el gobierno de Felipe Calderón. Diana Pando, presunta compañera sentimental de Téllez, fue quien entregó a la conductora de Primera Emisión la grabación; incluso afirmó que ese material la conocía el propio Salinas de Gortari.
El mismo día de que se difundieron sus palabras, Téllez convocó a una conferencia de prensa en un hotel cercano al World Trade Center. Leyó un comunicado de una cuartilla. Reconoció que la grabación era real, que hizo esas afirmaciones ante un grupo de amigos en el marco de una comida casual. “Lo dije de manera indebida ya que carecía de sustento alguno”, justificó.
Y remató: “Nunca tuve ni he tenido evidencia alguna sobre acciones ilícitas del expresidente Carlos Salinas de Gortari”.
Un día después se difundieron otras grabaciones privadas de Luis Téllez, protagonista en ese momento de una agria disputa con la exsubsecretaria de Comunicaciones, Purificación Carpinteyro. Téllez en esas grabaciones despotricó contra la Cofetel, contra Carpinteyro y contra varios colaboradores de Felipe Calderón. “Me cae que extraño al PRI”, afirmó.
En varios medios circularon otras intercepciones telefónicas de Luis Téllez. A principios de marzo, por ejemplo, circuló en el Senado de la República un anónimo contra el entonces funcionario en el que se reseñaban otra batería de grabaciones contra él.
En uno de los párrafos se leyó:
“El que se va a poner furioso es Emilio Gamboa. ¿Te acuerdas de tu larga llamada en donde dices que las estaciones de radio él las regaló a los amigos de Salinas y de los negocios que hizo cuando fue secretario?”
Insostenible ante el escándalo y los 45 litigios jurídicos detonados en el sector de telecomunicaciones, Téllez fue removido de la SCT y ahora dirige la Bolsa Mexicana de Valores.
Sin embargo, el tema de la “partida secreta” volvió a ser mencionado en la entrevista de Aristegui con Miguel de la Madrid.
–¿Usted cree que se robó la mitad de la partida secreta? –le preguntó la periodista.
–Sí, es posible.
–¿O completa?
–No.
–¿Pero la mitad sí?
–Sí.
–¿Y sí lo hizo Salinas?
–Sí.
–¿Y cómo puede un presidente robarse la partida secreta?
–Pues porque es secreta…
–¿Y sí lo hizo Salinas?
–Sí.
–En términos prácticos, ¿cómo se usa la partida secreta?, ¿cómo está en el escritorio de un presidente?, ¿y cómo un presidente como Salinas puede robar la mitad de la partida secreta? ¿Hacen cheques?
–Sí, y porque no había justificación de lo que se erogaba de esa partida. Por eso se llamaba secreta.
La partida secreta formaba parte del rubro de Programa de Erogaciones Contingentes en el Ramo 23 del Presupuesto de Egresos de la Federación. Tanto Carlos Salinas como Ernesto Zedillo, quien la desapareció a la mitad de su sexenio, dispusieron de 12 mil 500 millones de pesos de esta partida. El 84%, 10 mil millones de pesos correspondió al sexenio de Salinas.
Videoescándalos, Salinas y Fox
El jueves 7, al cumplirse dos años de su salida de la cárcel, comenzó a distribuirse el libro de Carlos Ahumada, Derecho de réplica. La revelación más importante del excontratista de los gobiernos del PRD y del PAN en el Distrito Federal es el relato de sus encuentros con Carlos Salinas, su abogado Juan Collado, el entonces líder de los senadores del PAN, Diego Fernández de Cevallos, para planificar la difusión de los videos, a cambio de que le entregaran 400 millones de pesos, “los cuales nunca me pagaron”.
En la página 153 del libro, Ahumada sostiene: “sí, Salinas fue el cerebro de los videoescándalos. Yo fui el de los videos, él fue el del escándalo. En cuanto a Diego Fernández de Cevallos, él fue el coordinador.”“Para ultimar la estrategia, Salinas le habló a Bernardo Gómez, vicepresidente de Televisa. Presencié la llamada”, afirma Ahumada.
Páginas después, el también empresario futbolero sostiene que “para Salinas, en lo personal y para su familia, concretamente para su hermano Raúl, fue uno de los mejores negocios que pudieron haber hecho en su vida, por un hecho que para muchos pasó desapercibido. Carlos Salinas me confió que una de las cuestiones que había negociado con el presidente Fox a cambio de los videos, a través de Diego Fernández de Cevallos, era la exoneración de todos los cargos, inclusive del homicidio, que mantenían en ese momento a Raúl en la cárcel, además de la devolución por parte de la Procuraduría General de la República de todos sus bienes, incluyendo dos millones de dólares congelados por la PGR. Y así sucedió finalmente”.
Las afirmaciones de Ahumada han sido desacreditadas por personajes y periodistas cercanos al entorno salinista, por Fernández de Cevallos, pero la sospecha de una transacción con el gobierno de Fox no se ha diluido.
Raúl Salinas fue liberado el 14 de junio de 2005, tras garantizar el pago de una fianza de 2.9 millones de dólares. Tras 10 años de encarcelamiento tenía pendiente un juicio por enriquecimiento ilícito.
El entonces vocero de Vicente Fox, Rubén Aguilar, desdeñó las preguntas que sugerían una componenda política entre Carlos Salinas y Vicente Fox. Negó que la liberación del “hermano incómodo” fuera resultado de “negociaciones políticas”.
A cuatro años de distancia, Manuel Bartlett explica que “el pleito de Salinas con Zedillo hace que se vincule con Fox. Porque Fox, que es un analfabeta ideológico, no tenía ninguna contradicción con el modelo de Salinas. Fox, a final de cuentas comparte la visión empresarial y los intereses de Salinas y de Zedillo”.
–¿Cómo se logró colar Salinas con un gobierno no priista como el de Fox? –se le pregunta a Bartlett.
–Eran lo mismo. Fox conserva el mismo aparato financiero. Son los mismos que se formaron en el Banco de México. Esto hace que Salinas pretenda seguir siendo el jefe político de este país y aprovecha la torpeza y la ignorancia de los hombres de la alternancia. Se asocia con Fox.
–¿Cómo considera usted las revelaciones del libro de Carlos Ahumada? ¿Algo se salió del guión de Carlos Salinas?
–Podría ser romántico decirlo, pero la verdad termina por imponerse. No todo se puede esconder todo el tiempo.
¿Hay algo en el libro de Ahumada que no esté en el ambiente de la opinión pública? No, pero él acusa con claridad y señala que le dieron dinero por instrucciones de Salinas, el capo, ligado a Fox.
“El presidente Fox violó todas las reglas, hizo que el estado de derecho no sirviera para nada. Esa asociación es crimen organizado. Ahí está el elemento mafioso de todo esto.”
La megalomanía de Salinas y Calderón
Para Manuel Bartlett, la gran voluntad de poder de Salinas, más allá de su sexenio y más allá de signo partidista, es el resultado “de su megalomanía”.
Dice: “Salinas reconstruye el capitalismo mexicano. En esta revolución tecnocrática, con las crisis, las privatizaciones, cambia de manos el dinero en México. Entonces, Salinas establece una relación muy estrecha con la nueva gente del dinero.”
–¿No hay disputa entonces aunque el gobierno sea del PRI o del PAN?
–No es una disputa entre modelos distintos, por eso el gran capo es Salinas. Esta voluntad de mantenerse en el poder en México como lo está haciendo y lo seguirá haciendo tiene un efecto político: mantener al PRI asociado a los grandes intereses que representan el PAN y Calderón. Es la destrucción del PRI.
“Salinas es el que mantiene al PRI sumergido. ¿Quiénes están ahí? Es el mismo grupo salinista: Beatriz Paredes, Manlio Fabio Beltrones, el heredero de Fernando Gutiérrez Barrios que en su momento fue una pieza de Salinas para realizar ciertas tareas, Emilio Gamboa.
“Insisto: no es que Salinas me caiga mal. El problema es que esa voluntad, esa megalomanía de él, exitosa hasta hoy, trae como resultado el sometimiento del PRI a los intereses de ellos”.
La influencia del poder de Carlos Salinas se ha dejado sentir al interior del PRI y del gobierno de Felipe Calderón en los últimos dos años. El proyecto de “normalización” de su presencia pública ha ido viento en popa. Asiste a los encuentros de Televisa, empresa que mantuvo un silencio absoluto en sus noticiarios frente al escándalo de esta semana.
El exmandatario asiste como invitado especial a las bodas y eventos políticos de sus amigos y excolaboradores, lo mismo al tercer informe de gobierno del mexiquense Enrique Peña Nieto, en septiembre de 2008, que a la boda en el templo de Las Vizcaínas en la Ciudad de México, de la hija de Manlio Fabio Beltrones, el 30 de junio del mismo año. Influye como gran artífice de las alianzas entre los grupos priistas que buscan la candidatura presidencial para 2012, en particular entre Beatriz Paredes, Manlio Fabio Beltrones y Enrique Peña Nieto (Proceso, 693). Incluso, dejó correr el rumor, en octubre de 2008, de que buscaría la nominación del PRI a la candidatura a gobernador en Nuevo León.
Sus alabanzas y apoyos al gobierno de Vicente Fox ya quedaron atrás. Se dedica a apuntalar al gobierno de Felipe Calderón, en especial, desde el proyecto de reforma energética.
En mayo de 2008, al presentar su libro La década perdida Salinas afirmó que con Calderón Hinojosa se “están introduciendo las reformas que eran indispensables”.
El 31 de julio de 2008, en Chihuahua, Salinas insistió que el gobierno panista “ha logrado realzar el proceso de reformas en nuestro país y el éxito que ha tenido en construir consensos en el ámbito legislativo para lograrlas”. Su gobierno no forma parte de “la década perdida” de los gobiernos de Zedillo y de Fox.
Ante esta condescendencia, el gobierno de Calderón ha evitado cualquier crítica o señalamiento directo a la figura de Carlos Salinas. El “gobierno de las manos limpias”, ante las acusaciones expresadas por Miguel de la Madrid guardó silencio. Los senadores Ricardo Monreal y Santiago Creel, del PT y del PAN, exigieron que la PGR investigara a Salinas de Gortari.
Sin embargo, la dependencia encabezada por Eduardo Medina Mora, mencionado por Carlos Ahumada como parte de la trama de los videoescándalos, afirmó que las declaraciones de Miguel de la Madrid eran “meras consideraciones personales de un ciudadano”.
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