1 de mayo del 2009
Es increíble la cantidad de información que invade todos los medios de comunicación sobre la denominada influenza porcina y ahora influenza humana; esto a través de diversas presentaciones que tratan de fundamentar alguna postura sobre lo que está sucediendo.
Hay desde aquellas posturas conservadoras hasta las más radicales, y el que se halla en busca de información se ve un dilema ¿a quién hacer caso?
La mayoría de esta información es alarmista, el discurso esta sesgado hacia un matiz emotivo, ya sea este de miedo o rencor. Este mar de información busca, por el lado conservador, hacer constar a la gente de la influenza y de las consecuencias de esta para lograr la prevención de la aparición de un mayor número de casos. Por otro lado, una postura antagónica, busca con sentido radical hablar de los intereses políticos y económicos que están detrás de este virus, e inclusive se habla de terrorismo de Estado (estilo la doctrina de shock o The Shock droctrine). Hablado de lo anterior en modo de resumen pues cada una de esas dos posturas tienen algunas vertientes.
Es indispensable tener un higiene en el consumo de información, en la forma en cómo esta va a ser utilizada y su finalidad. Ambas de las posturas anteriores presentan contradicciones y sirven poco para hacer pensar a la gente sobre lo que sucede.
En la primera se pregona abiertamente sobre una enfermedad muy peligrosa y ante la cual se deben tomar diversas medidas recomendadas por la secretaria de salud, para que la enfermedad no se disipe. Sin embargo ahora vemos como estas medias no pueden ser cumplidas en toda ocasión y por todas las personas, el ejemplo más claro es el de los tapabocas. No hay los suficientes tapabocas para que cada mexicano se pongan uno durante 1 día (lo mismo pasaría con los guantes o el gel antibacterial) las medias son preventivas, y no aseguran la evitación total. Ante la ausencia de lo anterior, se desarrolla ansiedad en las personas que confían en las fuentes oficiales, pues no pueden tomar esas medidas puesto que no existen los materiales para lograrlo, y si existen se venden a precios excesivos. Por otro lado esta postura tiene una historia detrás de sí, y se le atañen todos los errores y negligencias de gobiernos anteriores o del actual, así como a las deficiencias del mismo sistema político y económico al que responden (llamase neoliberalismo o imperialismo) por lo tanto también hay una desconfianza básica y una radical negación ante la información difundida.
La segunda postura es más radical y provine de grupos o personas que analizan la situación de nuestro contexto, lo cual es muy válido y muy necesario. Sin embargo ahora vemos como la información se ha vuelto exorbitante; esta puede ser formal o informal, verdadera, falsa o indefinible. Lo sorprende de estas posturas es su análisis. Pues se remiten a relacionar hechos históricos anteriores a la aparición oficial de la influenza con la misma, para posteriormente exponer las contradicciones y afirmaciones que se presentan, y describir una posible génesis y funcionalidad de lo que hoy existe. Sin embargo estas fuentes a pesar de su intencionalidad, también poseen contradicciones en su análisis socio-critico.
Las situaciones anteriores son realmente problemáticas, pues a pesar de buscar explícita o implícitamente ayudar al que busca información, se le está provocando una ansiedad mayor.
Por lo que se recomiendo al lector y aquellos que sean medios informativos:
-Seleccionar la información a la cual se acude evitar acudir a medios informativos alarmistas, identificándolos por sus discurso enteramente emotivos y poca claridad en las fuentes.
-Mantenerse constantemente actualizado de la información en diversas fuentes cuestionar la información expuesta y no tomarla como definitiva.
-Si se busca difundir información, realizarlo por medios escritos o audiovisuales, para que esta no sea distorsionada en la transmisión persona a persona y se de mayor claridad.
-Exponer información confiable y critica, que vele por las necesidades de las mayorías, siendo clara y eficiente.
-Cuestionar los propios medios de crítica para exponer una propuesta.
-No dejar de cuestionar y criticar pues es la materia prima con que se produce un conocimiento claro y preciso.
Para finalizar, la postura aquí expuesta es un intento crítico de sistematizar la información dada al público en general, no busca en ningún sentido aprobar por entero las acciones gubernamentales, ni desaprobar la posibilidad de realizar análisis socio-crítico como se ha intenta hasta ahora, sino exponer una manera de entender este fenómeno de una forma más clara y veraz, a través de la participación critica de cada uno de nosotros.
C. Ascencio.
P.D. se aceptan criticas de cualquier indole
1 comentario:
Estimado señor Ascencio, estoy de acuerdo con usted en algunos puntos de su critica, sin embargo difiero de algunos postulados, es imposible que uns discurso este marginado de toda emotividad, no se puede, es imposible, su postura en si también esta marcada por ella, cada cual tiene una finalidad y ahi recide el discurso emotivo, y eso es lo que nos distingue.
Finalmente encuentro su objetivo pero no veo una propuesta, al final del día el hacer una critica sirve para que otro te critique y se forme una "critica" y ahi radica nuestra labor y finalmente el objetivo; hay tantas cosas que decir, que llevaría horas plantearlas...
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